Paraíso del Pecado, de Kevin Cordero

Por: Deb Soto

Si te gustan las historias de detectives, los misterios bien armados y una ambientación que te transporta por completo, Paraíso del Pecado de Kevin Cordero es un libro que necesitas leer. Como fan de Sherlock Holmes y las novelas de casos por resolver, este libro captó mi atención desde la portada, y no me defraudó: una novela policíaca caribeña ambientada en el Puerto Rico de los años 50, con todos los detalles históricos que hacen que la historia cobre vida.

Desde el Hotel Normandie hasta la música de La Sonora Matancera, pasando por referencias a películas como “La dama del lago” y personajes como Ava Gardner, cada página nos sumerge en una época fascinante. Me encantó la inclusión de periódicos como “El Mundo” y “El Imparcial”, además de los crímenes reales de la época. Todo está meticulosamente organizado para que nos adentremos en la vida del detective Máximo Falcón sin esfuerzo.

Falcón es simplemente un personaje que roba la escena. Su humor sarcástico, su perspicacia afilada y su forma de ver el mundo me hicieron su fan al instante. Su actitud me recordó a Poirot de Agatha Christie, con esa mezcla de confianza y un toque de arrogancia encantadora. Y ni hablar de sus frases icónicas, que capturan la esencia de su personalidad:

“Puerto Rico era un paraíso de inmundicia y corrupción.”

“Mi trabajo requiere ser casi omnipresente, cosa que le envidio a Dios de existir.”

Es un detective con el que quieres recorrer las calles de San Juan, tomando café fuerte y descifrando enigmas. Además, su superstición le da una capa extra de complejidad:

“Los domingos son días malos para los juegos de azar.”

La pluma de Kevin Cordero es otro punto fuerte del libro. No solo construye una historia bien hilada y con buenos diálogos, sino que su manera de narrar tiene una belleza poética sin perder la dureza del género negro. Un ejemplo perfecto es cómo describe el clima:

“La violencia en que la lluvia se desprendía del cielo no era suficiente para limpiar lo asqueroso y mundano de la ciudad.”

Además, el libro no se queda solo en el misterio; hay un toque de romance que me dejó queriendo más. Hay alguien en la vida de Falcón (no diré quién) con quien tiene una relación interesante y llena de tensión. Me encantó la forma sutil en que se muestra ese vínculo, como en esta escena:

“La dejé frente a su apartamento en Río Piedras, me besó y me dijo que esperaría mi llamada. Se bajó y no miró hacia atrás. Yo en cambio no dejé de mirarla hasta que entró al edificio.”

El libro es corto, con capítulos concisos y sin adornos innecesarios. No sientes que le falta nada, es puro contenido sustancioso de principio a fin. Además, Falcón nos deja con reflexiones que siguen resonando después de cerrar el libro:

“El cementerio es un lugar donde no importa si fuiste artista, deportista, un hijo de puta o un bastardo. La muerte nunca juzga.”

Kevin Cordero ha logrado algo especial con Paraíso del Pecado. No solo nos entrega una historia de crimen y misterio, sino que construye un retrato de Puerto Rico con sus luces y sombras. Es una lectura que recomiendo con los ojos cerrados y espero con ansias más historias del detective Falcón.

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