Por: Deb Soto
‘El tiempo de las moscas’ logra atrapar con su profundidad y su enfoque único sobre la vida, el ser mujer en el siglo XXI y las luchas internas de sus personajes. 🌎✨
(Aunque, debo decir que sit e acostumbraste a la lectura de ‘Tuya’, este libro te puede parecer un poco lento al principio). 🐢
Inés es fascinante. 💡 Me encanta cómo puede ver la vida desde diferentes perspectivas, como un objeto que, dependiendo de cómo lo mires, puede ser “cóncavo o convexo” (conceptos que Claudia Piñeiro utiliza en varios de sus libros). Esa habilidad para reflexionar sobre lo cotidiano le da a la historia una profundidad y una riqueza que no esperaba. 🌟
Por otra parte, la autora utiliza esta herramienta para amplificar voces femeninas y cuestionar prejuicios que todavía pesan en nuestra sociedad. Se trata de un coro de mujeres, inspirado en el teatro griego clásico 🎭, es un acierto brillante que no esperaba en una novela contemporánea.
Este libro tiene un tono diferente al de ‘Tuya’. Es como si Inés hubiera evolucionado tanto que casi parece un personaje nuevo, más maduro y complejo. Aunque ambos libros pueden leerse por separado, se complementan de forma muy interesante.
Eso sí, hubo detalles que me sacaron un poco de la historia, como el uso de términos como “pluscuamperfecto” o “condicional perfecto” que no cuadraban del todo con Inés… ¿o tal vez ha aprendido mucho en estos años? 🤔
La historia tiene un final que me dejó satisfecha y sorprendida. 😌👏
Por un momento tuve miedo de lo que podría pasar…
En resumen, ‘El tiempo de las moscas’ es una lectura que incomoda, invita a reflexionar y, sobre todo, te hace cuestionar tu propia perspectiva. ¡Una obra recomendada para quienes buscan historias profundas y narrativas innovadoras! 💫📖
💬 “Las batallas se ganan en las palabras que se eligen” — Esta frase de Inés me marcó.
La frase que define esta novela es: “No encontraba el camino. Fueron momentos de incertidumbre, de desconcierto (¿qué mierda les pasa a las mujeres?). Sin embargo, esa mosca, mi mosca, me recordaba cada día que en la vida hay dos opciones: ver, aunque moleste, o suprimir. Y yo, Inés Experey, esta vez y contra cualquier pronóstico, decidí ver. ¿Cómo iba a sospechar semejante cambio en las reglas del mundo en tan poco tiempo?”

